Primero
define el Ser y luego dice que es accesible a usted ahora como su propio ser más
profundo, su verdadera naturaleza. Y luego, no
intente buscarlo, no trate de entenderlo, aunque luego te diga cómo
puedes conocerlo.
Primero parte de la conclusión, la definición, y luego dice
como llegar a la conclusión.
Define la iluminación no de manera negativa como el Buda, al
que cita previamente y, luego, comenta que usted
tiene que descubrirlo por si mismo. Unos párrafos después la define de
manera positiva como recuperación y permanencia.
Es precisamente al contrario. No existe la iluminación como
estado permanente. Lo recuperado es preexistente, lo cual es solo una repetición,
no hay nada nuevo en eso.
En cualquier caso permaneceremos atentos a que pudiera haber
un ser humano iluminado permanentemente, aunque no entiendo qué importancia
puede tener eso para cualquier otro ser humano. Sino despertar en él el deseo
de ser también un iluminado.
Está servido el primer plato del autoengaño.
Dice que la la palabra Dios
se ha convertido en un concepto cerrado, que prefiere la palabra Ser y que aunque
no puede ser definido es definido a continuación como realidad trascendental, lo infinito
invisible… y dice, contradiciéndose nuevamente que es imposible formarse una imagen mental de ello. Pero realidad trascendental, lo infinito
invisible… y otras frases confusas como
la sensación de su propia presencia, la experiencia del Ser son no solo
imágenes mentales, sino definiciones, conclusiones, imágenes de Dios, del Ser o
como usted quiera llamarlo.
La confusión en las palabras denota una mente perezosa para
la investigación.
Está servido el segundo plato del autoengaño.
Dice que la identificación
con su mente, es el mayor obstáculo para experimentar esta realidad (se
refiere al Ser, con mayúsculas). No explica que entiende por mente, pero la
frase denota que cree que hay una mente tuya, una mente mía, una mente de él.
Como muchos de los maestros iluminados no entiende qué es la mente, quizá
porque su mente está ofuscada con tanta luz. Vuelve luego a hablar de la
iluminación con un lenguaje que denota completa y perfecta familiaridad con el término
y su concepto, como algo que es normal en uno y, por eso, puede hablar con
completa normalidad de ello.
Más
adelante se explica: usted cree que usted es su
mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de usted.
Con lo cual venimos a saber que identifica mente y
pensamiento. Gran confusión. Mente es orden, proporción, razón, este es su
significado original según los creadores de la palabra, los griegos antiguos.
Este iluminado no ha resistido ni tres asaltos, pero aún nos
queda el postre, exquisito.
Dice La identificación con su mente crea una pantalla opaca…
entre usted y su propio yo, como si hubiera un yo impropio… usted y… usted y… usted y… usted y… (Aquí un
montón de conceptos más). Entonces olvida el
hecho esencial (algo que usted sabía y olvido, qué falta de humildad), usted es uno con todo lo que es (no lo olvide
amigo, repítaselo constantemente, de lo contrario está perdido).
Y se explica:
Con "olvidar" quiero decir que usted ya no puede
sentir esta unidad como una realidad auto-evidente. Puede que crea que es
verdad, pero ya no sabe que es verdad. Una creencia puede ser consoladora. Sin
embargo sólo a
través de su propia experiencia se vuelve liberadora.
Ya no puede sentir esta unidad, lo que quiere decir que la
sintió antes, aunque no lo recuerde. Bonita conclusión vendida como revelación
del que sabe al que no sabe. Por supuesto, se trata de una realidad
auto-evidente. Pero, dígame por favor, cómo sabe que es autoevidente: el que
sea evidente para sí misma (es decir, autoevidente) no quiere decir que tenga
que serlo para mí, o para usted o para cualquier otro.
¿Ya no sabe que es verdad? Alguien puede saber que algo es
verdad o la verdad es algo que surge cuando cesa todo tipo de saber.
Y por último: oh, dios, qué gran revelación saber que una
creencia puede ser consoladora y que gracias a la propia experiencia (como si
fuera posible la experiencia ajena) se vuelve liberadora. ¿Una creencia
liberadora? Esto sí que es un gran descubrimiento.
Otra vez la falta de creatividad en el lenguaje denota una
tremenda confusión, una profunda pereza por dominar el instrumento de
comunicación.
Qué magnífico e insuperable ejercicio de autoafirmación
negativa.
Si empiezas por la verdad de “no sé” investigas, pero si
empiezas por el “yo sé algo que usted no sabe” se apiñan un montón de incautos
a tu alrededor.
Así son los maestros de nuestra época. Sin ánimo de ofender
al aludido, pues creo en su sinceridad, lo cierto es que la mayoría de estos
maestros han descubierto una gran verdad: Haz como que sabes, halaga y
venderás. Ante esto ellos dirán: eres un intelectual, mira con tu corazón y no
con la razón. Tratan así de anular la capacidad crítica, la mente libre y no
condicionada, condición sine qua non
para que se haga efectivo el engaño.
Ante este tipo de textos, uno que es una persona sencilla,
que tiende a no creer lo que los demás dicen simplemente porque insistan de
manera más o menos sugestiva sobre los mismos conceptos, y creyendo en la
sinceridad de su autor, se pregunta:
Qué diantres le habrá pasado a este hombre, qué ha acallado
su pensamiento hasta el punto de no poderlo ver. Bajo qué tipo de autoengaño ha
quedado sepultado. Un auténtico misterio se abre aquí para el investigador
serio.
Una pista: más adelante habla de:
los procesos involuntarios de pensamiento que usted no
se da cuenta que puede detener
¿Que usted puede detener qué? Usted es el pensamiento
tratando de detener su pensamiento.
Lo bueno es que usted puede
liberarse de su mente. Escuche la voz de su cabeza, esté allí como si fuese un
testigo.
Pero ¿no se ha dado cuenta aún de que el testigo, el
observado es lo observado? Surge un grito de terror al vacío. Es necesariamente
urgente crear una entidad. Realmente es un hombre entrenado para no pensar sino
en lo que le conviene. Y así lo resuelve:
Pronto empezará a darse cuenta de esto: está la voz y
estoy yo escuchándola, observándola. Esta comprensión del Yo soy, esta
sensación de su propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la
mente.
Nueva conclusión y meollo del autoengaño. No comprendo el
interés de seguir manteniendo ese ser llamado yo. Por qué no llamarlo
simplemente atención, observación sin observador. No es una cuestión de gustos,
eso es lo que significa en nuestro idioma, consulta el diccionario.
Y punto y final del autoengaño:
En lugar de "observar al que piensa" usted
puede crear también una brecha en la corriente de la mente simplemente
dirigiendo el foco de su atención hacia el Ahora (…) Esa es la esencia de la
meditación.
Ocurre precisamente al contrario, cuando usted deja de
focalizar su atención el ahora es.
Esa brecha de la que habla será simplemente un intervalo entre
dos pensamientos creado por el pensamiento (la voluntad, la intención de
hacerlo es pensamiento). Para que el ahora sea usted solo puede estar presente
si se da cuenta de que usted es solo pensamiento. Está su cuerpo, su cerebro,
eso es evidente, pero no usted, porque usted es solo su pasado. El cuerpo no es
usted. No es una cuestión de palabras, es un hecho: quién controla la vida de
su cuerpo, el movimiento de su corazón ¿es usted?
Si usted dirige un foco de atención en esa dirección, si dirige
su atención en cualquier dirección, está condicionando su acción desde el
pensamiento y, por tanto, el resultado de esa acción será condicionada y creará
un ahora a su imagen y semejanza.
La meditación es la acción de la mente cuando no está usted.
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